¿Tardaremos en vivir la burbuja?

45 jugadores van a pasar por caja, lo que siginifica que no estamos demasiado lejos de uno de los momentos más importantes de todo el Main Event. Sin embargo, los stacks son tremendamente deep y eso, con toda seguridad, va a alargar tanto los momentos previos como la propia lucha por el dinero. 

En los últimos minutos, las fichas han vuelto a volar de un lado al otro. Uno de los mejor parados en ese intercambio fue Israel Oliver, que se iba al descanso con 130.000 puntos y que en solo dos manos ha conseguido colocarse en 430.000. Oliver tuvo un par de manos encontradas, la más importante en la que le dieron ases cuando un rival que tenía un stack muy parecido al suyo recibió reyes. Las fichas se fueron al centro de forma irremediable, y Oliver está ahora entre los mejores del torneo.

Algo parecido le ocurrió a Isidre Just, que recibió ases justo cuando un rival recibía damas. El board permitía al de Igualada colocarse en los 248.000 puntos con los que no debería tener problemas para colarse entre los premiados.

En 330.000 puntos está Gabriel Podovei, que hoy llegó a estar hasta 3 veces por debajo de los 20.000 puntos, pero que ha peleado como gato panza arriba. Eso le ha permitido remontar, y el problema ahora para sus rivales va a ser quitarle las fichas.

Menos suerte tuvo Roberto López Rivela, al que una guerra de ciegas contra Carlos Vallvé le costó el torneo. Vallvé subía a 12.000 puntos desde la ciega pequeña, y Rivela, que tenía algo menos de 30 ciegas, no dudaba en moverse all in con . Vallvé pagaba con y el flip estaba servido.

El board traía dos diamantes, pero nada más. López se despedía con las manos vacías y Vallvé sigue su curso hacia lo importante.

También quedó apeada la última mujer con vida en este torneo, Elvira Malay. Elvira se movía all in tras el open-raise de Josep Valls y el call de un jugador en posiciones medias, pero se iba a encontrar en una de las peores situaciones.

Malay:

Valls:

El board traía una dama en el flop, , pero el turn decubría una que daba escalera a Valls. El river todavía podía salvar a Malay, que tuvo que ver cómo un la dejaba fuera del torneo.

Elvira se había clasificado para este torneo a través de un satélite, por lo que seguramente el palo de quedarse tan cerca del dinero habrá sido aún más duro.